jueves, 13 de febrero de 2020

LA ESCUELA DE HOY. INSTITUCIONES EDUCATIVAS.


 LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS ESCOLARES EN EL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL ORÍGENES Y REALIDAD.

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En la España del Antiguo Régimen, en los años finales del siglo XVIII y primeros del XIX, existían, por supuesto, escuelas de primeras letras para niños, escuelas para niñas, universidades, instituciones de enseñanza profesional y técnica y, en lo que después sería la segunda enseñanza, escuelas de latinidad y gramática y colegios a cargo, en general, de órdenes y congregaciones religiosas o de clérigos. Difícilmente, sin embargo, podía hablarse de un sistema educativo. Más bien se trataba, como en otros países de su entorno, de un conjunto de instituciones educativas organizadas «por separado (…), aisladas unas de otras por completo y sin compartir ningún objetivo común», no de un sistema en el que «las diversas formas escolares o instituciones educativas» se conectaran entre sí como «partes interrelacionadas» con unas «funciones definidas» (Müller, 1992, pp. 38-39). El comienzo de los procesos de reorganización, conexión e interrelación entre esas diversas formas escolares y las instituciones educativas existentes, producido en diversos países occidentales –entre ellos España– en dichos años, constituiría la génesis de los sistemas educativos (Ossenbach, 2002, p. 34). Los sistemas educativos nacionales se formaron, pues, mediante la existencia de una red o conjunto de instituciones educativas de educación formal:
• Relacionadas entre sí y diferenciadas mediante una estructura formada por niveles, etapas o ciclos y cursos.
 • Reguladas, gestionadas y supervisadas, al menos en parte, por agencias y agentes públicos.
 • Costeadas, también al menos en parte, por alguna o algunas de las administraciones públicas.
• A cargo de profesores formados, seleccionados o supervisados por dichos agentes y retribuidos, en todo o en parte, con cargo a un presupuesto público.
• Que expiden unas certificaciones o credenciales reguladas, en cuanto a su valor formal y expedición, por los poderes públicos. La génesis, configuración y evolución de los sistemas educativos nacionales han estado condicionadas por una serie de factores políticos, históricos y sociales. Ello explica la diversidad existente en el grado de centralización o descentralización de su gestión, en procesos y contextos educativos. la red privada o pública de centros docentes, en sus estructuras, formas y extensión de la escolarización o en los modos de formación y selección de sus profesores, entre otros aspectos. Uno de los factores que ha determinado las diferencias entre los sistemas educativos ha sido el de la formación de los Estados nacionales y, relacionado con el mismo, el peso y el papel desempeñados por los poderes públicos en cada uno de dichos sistemas. La configuración de los sistemas educativos nacionales generó una serie de procesos y de tendencias o fuerzas internas (Viñao, 2002, pp. 44-69):
 • Entre los procesos, destacan los de inclusión/exclusión y de segmentación.
 • Entre las fuerzas internas se distinguen la presión propedéutica de los niveles superiores sobre los inferiores, la existencia de instituciones modelo y la formación de culturas y estructuras académico-escolares. Por inclusión se entiende el índice de acceso, por una población dada, a un determinado nivel, ciclo, etapa, curso o modalidad de enseñanza. La exclusión es el reverso: la falta de acceso de una determinada parte de la población, por cualquier causa, a un nivel, ciclo, etapa, curso o modalidad de enseñanza. La progresividad de un sistema mide el grado en el que el porcentaje de estudiantes de un grupo social determinado en un nivel, ciclo, etapa, curso o modalidad de enseñanza se corresponde o aleja, en más o en menos, del porcentaje que representan socialmente. La extensión de la escolarización y, por tanto, del proceso de inclusión origina la progresiva segmentación de los sistemas educativos: una segmentación vertical, o graduación, en diferentes niveles, ciclos, etapas y cursos, con las consiguientes acreditaciones fi nales y el establecimiento de pruebas de promoción o acceso; y una segmentación horizontal mediante itinerarios, ramas o modalidades paralelas de enseñanza para la población infantil o juvenil de la misma edad. La segmentación vertical sería, a su vez, el origen de una clara presión propedéutica de los niveles, etapas, ciclos o cursos superiores sobre los inferiores, una presión que, por lo que a la enseñanza secundaria se refiere, se ejercería desde la Universidad de la que nacería como un apéndice destinado a formar a quienes a ella accedieran. Por su parte, la segmentación horizontal en dicho nivel educativo ofrecería modalidades diversas en las que sería posible la coexistencia, según los momentos y países, de:
• Una enseñanza primaria superior para la población de 10 a 13-14 años.
• Una segunda enseñanza desde los 9-10 años hasta los 17-18 años.
• Una formación profesional desde los 12-13 años hasta los 17-18 años.
• Ciertas modalidades de enseñanza de grado medio (peritajes, magisterio, etc.) desde la edad de 14-15 años hasta la de 17-18 años.
Los sistemas educativos nacionales surgen en Europa a principios del siglo XIX a raíz de la Revolución Francesa. En España, la Constitución de 1812 incorpora la idea de la educación como un entramado en cuya organización, financiación y control debe intervenir el Estado, con lo que se sientan las bases para el establecimiento del sistema educativo español. Sin embargo, su concreción definitiva culmina con la aprobación, en 1.857, de la llamada Ley Moyano.




Referencias 
Müller (1992, pp. 38-39).
Ossenbach, (2002, p. 34).
Viñao, (2002, pp. 44-69).
SARRAMONA (1982: 49).

CAIRIN (1987: 13 1-1 34).

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